«Me gustaría trabajar en la dramaturgia de Dantzaz como institución»
¿Cómo comienza tu relación con Dantzaz?
La primera vez fue en el marco de un Atalak a principios de 2016, al poco de mudarme a Biarritz. No conocía la existencia de Dantzaz y, al mirar su web, compruebo que parece una entidad interesante, que ha trabajado con gente que conozco como Jone San Martin o Hilde Koch. Valoro que en el tiempo que he estado fuera se haya podido generar un proyecto como este. Me encuentro con Adriana Pous en los pasillos de Dantzagunea. La entidad colaboraba en un trabajo de investigación con la Capitalidad Europea de la Cultura de Donostia-San Sebastián 2016 y me propone trabajar durante una semana con los 12 bailarines de Dantzaz. Fue muy interesante. Me sorprendió ver un grupo muy cohesionado, con niveles muy diferentes, con ganas, con respeto y ganas de trabajar… Me sugirió que tras esa idea había un gran trabajo detrás para conseguirlo.
La segunda aventura fue la de generar una pieza express en Pamplona, con la idea de la Villavesa (el transporte urbano público) trasladada a un pequeño bosque, y también en el Parlamento navarro. Me gustó la idea de que el trabajo no solo tuviera esa vertiente de visibilizar la danza a nivel social, sino también en la política, ya que creo que también es parte de la misión de Dantzaz. Al poco tiempo, Adriana me invitó al estreno de Eresoinkaren Itzalak, una creación especial que se presentó en la Sala Quintaou de Anglet y me llevé otra sorpresa. Y es que era un grupo con mucha gente nueva, pero que mantenía la cohesión y las características del que yo había conocido meses antes. Gentes que llegan de diversos lugares y con diferentes niveles, pero que en muy poco tiempo cultivan aspectos como la seriedad, el compromiso, el rigor o el respeto; todos esencia del trabajo. Me parece que conseguirlo es un auténtico regalo para la región y es que mantienen su identidad con la realización de una serie de acciones muy diversas y una calidad indiscutible.
En una tercera fase, cuando me incorporo a la estructura, me proponen coordinar Atalak. Primero, en tareas de acompañamiento y documentación y, después, en su coordinación general. Yo venía de trabajar durante 14 años en un centro coreográfico en el que llevaba la parte de educación e investigación. Mis experiencias se dieron en entidades muy jerárquicas, en las que el artista/el director era el centro. Estaba un poco cansada de esa tipología de centros, con una jerarquía y un ego muy marcados. Al llegar a Dantzaz, me encontré con un espacio donde lo importante es el trabajo, la escucha, el intercambio… con una estructura horizontal y transversal, en la que me hallo cómoda. Cada día constato que no es por casualidad, sino que hay una intención con una gerencia detrás. Su quehacer está basado en una reflexión continua de entender lo que sucede, desde un lado muy femenino de la cosecha, desde la generosidad… máxime en estos tiempos de capitalismo feroz.
No solo es un proyecto tutelado por la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco, sino que también hay una labor constante e incansable por parte de un tándem que combina la cotidianidad y la rigurosidad del trabajo con el cuerpo en el estudio de danza, personalizado en Adriana, con la innovación, la escucha, el saber hacer, el cuidado, el entendimiento y la búsqueda de alianzas, personalizado en Fernando. Eso es Dantzaz para mí. Desde mis inicios me he sentido y me siento acogida desde la escucha y el respeto a lo que puedo aportar y desde mi entrada en Atalak aprecio que me sigo desarrollando profesionalmente.
Para mí, además, Atalak es un proyecto con muchísimo potencial, que ha ido adaptándose al sector, siempre con miradas frescas que vienen dadas por las invitaciones, que hacen generar preguntas, propuestas, reflexiones… lo que conlleva que crezca. Por mi parte, he llevado a cabo la idea del laboratorio y la investigación - creo que un hito en la región-, además aceptado por las instituciones que integran la red. Es un paso más de Dantzaz para adaptarse al ecosistema que le rodea de manera muy enriquecedora.
¿Qué te ha aportado Dantzaz y qué le has aportado a Dantzaz?
Por un lado, ha habido una parte de sanación: he corroborado que se puede trabajar de otra manera. En la danza tenemos una estructura general muy jerarquizada, muy masculina, muy egocéntrica… Dantzaz me ha confirmado que algo que llevaba buscando mucho tiempo existe. En su estructura no hay ese egocentrismo de la firma del artista, lo que me aporta tranquilidad y un espacio más libre de trabajo. Me posibilita desarrollar metodologías y líneas de investigación y de documentación que puedo evolucionar en mi día a día. Además, me permite ver qué puede funcionar para su posterior aplicación. También me permite conocer al sector en el País Vasco para crear una red de contactos realmente enriquecedora.
Además, he tenido que hacer de todo -es lo que se hace en Dantzaz-, puesto que coordinar conlleva un cúmulo de tareas. Dentro de mis competencias he hecho presupuestos, comunicación, producción… Es muy positivo porque me permite crecer y ampliar mis conocimientos, siempre con apoyo y con mucha tranquilidad, sin miedo al error, siempre con la idea de avanzar.
Creo que puedo seguir desarrollando proyectos que tengan que ver con la dramaturgia de lo que es Dantzaz. No lo que se realiza es «porque tengo un dinero», sino que se intenta responder a las nuevas necesidades del sector y de las propias personas que componen Dantzaz. Como bailarina debía ponerme detrás de las personas que tenían una idea para ver hacia donde querían ir. ¿Qué estás viendo? Lo tengo que ver desde ti para poder entender a donde quieres ir y es lo que he hecho en mi carrera como bailarina en la mirada de los coreógrafos y coreógrafas. Siento que puedo aportar y equilibrar el trabajo de Adriana en el estudio y el de Fernando, en el desarrollo de los proyectos. El primero tiene una velocidad y una temporalidad muy concretas y el segundo, otro ritmo muy diferente… un trabajo dramatúrgico para la propia institución.
¿Hacia dónde crees que tendría que caminar Dantzaz?
Mi pregunta para entender Dantzaz siempre me lleva al estudio de danza: ¿Dantzaz como estructura de profesionalización de intérpretes es lo que necesita el ecosistema? Quienes llegamos de fuera observamos con nuestra mirada ajena un montón de cosas. Algunas están por realizar y te preguntas por qué no se han llevado a cabo pero, con el tiempo te vas dando cuenta de que si no se han hecho es porque arrastran muchas dificultades. En estos momentos, tengo más dudas sobre la necesidad de la misión de la profesionalización, o bien transitar entre el mundo educativo y el profesional.
Tenemos la danza en el sistema educativo gracias a Dantzerti y deberíamos contar con postgrados o másteres para posibilitar la salida profesional de los estudiantes. Dantzaz se encuentra con muchas tareas en su misión ya que seguimos profesionalizando intérpretes, produciendo y girando, promulgando la mediación, propiciando el outreach…
En estos tiempos, cuando está en boga la experiencia personal o la participación, nos encontramos entre lo amateur y el hacer entender el arte para la sociedad, aunque sin introducirlo en el sistema educativo. En cambio, en Europa esas son las palabras claves y Dantzaz tiene una amplia experiencia en estas lides. Quizás, sea el momento de hacer una retrospectiva de los 20 años de exploración con el fin de mostrar las metodologías y los caminos empleados para poder transmitir todo nuestro saber. La red Dagaz también es eso, es todo un intento de trabajar en sensibilización, participación, etc.
Creo que sería muy interesante focalizar las líneas de trabajo en la documentación y la investigación de las nuevas metodologías y de aquellos proyectos que se han llevado a cabo desde Dantzaz durante todo este tiempo. Hay que tener en cuenta que en muy pocas ocasiones se evalúan los proyectos de mediación. Sin embargo, se nos piden con mucha asiduidad. Es tiempo de interesarnos por los resultados y conocer su impacto real. Así, considero oportuno poner en marcha un buen estudio que mida, cuantifique y valore todos nuestros proyectos para conocer con detalle los resultados obtenidos. Sería interesante compartimentarlos en detalle para su posterior divulgación con el fin de innovar en nuestros procesos; algo que, por cierto, ya ha hecho Dantzaz durante estos años.
Quiero destacar que Dantzaz ha intentado de casi todo en estos 20 años. Lo que se podría probar en producción coreográfica, se ha hecho: y se ha experimentado en lo local y lo internacional, en las alianzas, en los formatos, en los lugares… Ahora, creo, ha llegado el momento de repensar todo enfocándose en qué acciones realiza Dantzaz en relación a lo que se está generando a su alrededor y cómo convive con estas nuevas líneas que el ecosistema propone. Se ha trabajado muy duro en estos 20 años y ahora sabemos que hay que compartir. Y esta publicación es el comienzo.