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Capítulo 1

Inicios

Centro Transfronterizo de Sensibilización a la Danza

2000 - 2005

Texto: Adriana Pous

Un punto de encuentro que desarrolle la danza a nivel transfronterizo

Constatando que el territorio vasco tiene una profunda y vital personalidad en el arte de la danza, desde el año 2000 se comienza a trabajar para impulsar la creación de un punto de encuentro que desarrolle la danza a nivel transfronterizo. Este estímulo es propuesto por el Centro Coreográfico Nacional Ballet Biarritz (CCN), creado en 1998 en la ciudad del mismo nombre. Un acuerdo entre el Ministerio de Cultura francés y el Ayuntamiento de Biarritz permite la creación del último centro con estas características (en total hay 18 en el territorio francés). Esa alianza es el fruto del trabajo de Filgi Claverie[En], desde su puesto como director del Biarritz Culture y director artístico del festival Le Temps d'Aimer la Danse; con el apoyo de su director honorífico, Jacques Abeberry; y del entonces alcalde de Biarritz, Didier Borotra. El Centro Coreográfico Nacional se ubica en el edificio La Gare du Midi, donde se habilitan los espacios adecuados para albergarlo. La dirección artística se encarga al coreógrafo Thierry Malandain[T], junto al director delegado, Yves Kordian.

Los acuerdos transfronterizos con el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa permiten, desde el primer momento, ir avanzando para la construcción de este puente gracias a la perseverancia de varias personas de ambas instituciones. Por un lado, en el Gobierno Vasco se cuenta con Mari Carmen Garmendia, Miren Azkarate y Joxean Arbelaitz y, por otro, en la Diputación de Gipuzkoa con María Jesús Aranburu e Imanol Agote. Además, dentro del Servicio de Promoción y Difusión Cultural de la Diputación con el jefe de Servicio, Frantxis López Landatxe[En], y la jefa de Sección, Lide Arana[CH] En el año 2000, gracias al convenio entre el CCN Ballet Biarritz y la Diputación Foral de Gipuzkoa se realiza una audición pública en los locales de Arteleku para ampliar la plantilla de contratos de bailarines de Ballet Biarritz. Así, se crean dos puestos suplementarios al elenco estable de 12 personas con la idea de integrar a trabajadores de la región en la compañía. En el mismo período, Filgi Claverie decide dejar su puesto como director del festival Le Temps d’Aimer la Danse, que será dirigido por Thierry Malandain; y también cede su plaza de director de Biarritz Culture a Laurence Pékar. De esta manera, concentra todos sus esfuerzos en la construcción del Centro Transfronterizo de Sensibilización a la Danza, con sede en Gipuzkoa, en colaboración con el CCN Ballet Biarritz.

Al convenio con la Diputación Foral de Gipuzkoa se adhieren las colaboraciones imprescindibles del Gobierno Vasco y Donostia Kultura mediante la figura y la disponibilidad de Nando Piñeiro[T], director de Egia Kultur Etxea, definitivamente esencial para concretar este proyecto.

En abril de 2002 Dantzaz comienza a explorar...

Dos años después, gracias a la fructificación de las colaboraciones transfronterizas comienza la actividad del Centro Transfronterizo de Sensibilización a la Danza. Se genera una asociación sin ánimo de lucro con la misión de propulsar y sostener el arte coreográfico con el nombre de Dantzaz, Dantza Garatzeko Elkartea. Su asamblea y su junta directiva se configuran de la mano de las presencias y complicidades de Elixabete Garmendia, Nerea Iriarte y Joxean Irastorza. A lo largo de los años, la presencia de personalidades de la cultura vasca como Joxean Arbelaitz, Jon Bagüés e Iñaki Arregi[T] consolidarán la estructura con ideas y opiniones entusiastas.

Dantzaz se instala en Egia Kultur Etxea (Donostia-San Sebastián) e inicia sus primeros pasos en la sensibilización a la danza de manera transfronteriza. Adriana Pous, que acaba de retirarse de la escena después de 20 años de experiencia como bailarina y que ha colaborado largo tiempo con Thierry Malandain, es designada como la responsable artística del proyecto. En labores administrativas y comunicativas se cuenta con Arantxa Arza, periodista y locutora de radio. A partir de 2003, ella continuará como miembro de la junta directiva de Dantzaz Elkartea y deja su labor en manos de Sofía Alforja[En], con una sólida experiencia en producción en varios festivales.

Es así como la aventura de Dantzaz se configura como un Centro Transfronterizo de Sensibilización a la Danza y comienza, en abril de 2002, a explorar...

Interacciones

Rápidamente observamos que, aunque la danza tiene un lenguaje universal, los códigos y las maneras de funcionar son diversos en cada territorio y a cada lado de la frontera. La sensibilización artística en la educación tiene una larga trayectoria en el Estado francés. En el Estado español, por el contrario, los centros educativos tienen otra metodología con respecto a la relación con las artes y, en concreto, con las artes escénicas. Y es que, aunque existe un gran respeto por la danza tradicional, hay ciertos reparos a las propuestas innovadoras e indudables reticencias a la danza creativa (término que encontramos más accesible en ese momento que contemporánea).

En ese momento se proponen diversas actividades para explorar qué tipo de público eventual podríamos desarrollar. Así, se establecen contactos con algunos centros educativos y academias privadas de ballet, a través de talleres y clases que Adriana Pous imparte por todos los territorios unidos por el idioma y la cultura vasca. En sus viajes y talleres va descubriendo todos estos lugares: desde Ondarroa a Bilbao, de Donostia-San Sebastián a Irún, Urdax, Dantxarinea, Senpere, Zugarramurdi…

Surge la idea de proponer talleres de danza con el fin de aliar disciplinas

Talleres de danza

La danza, uno de los lenguajes más accesibles, se transmite de forma oral y presencial. Adriana Pous, nacida en Uruguay y con orígenes catalanes, no habla euskera, pero domina muy bien el lenguaje de la danza, además de otros idiomas aprendidos en su trayectoria internacional: inglés, italiano, francés… Así, surge la idea de proponer talleres de danza en inglés y francés con el fin de aliar disciplinas de forma divertida y accesible a los centros educativos. Varios aceptan y comienza la sensibilización en la comunidad escolar.

También se contacta con varias academias y escuelas de danza de Gipuzkoa, ofreciéndoles clases y talleres de repertorio del Ballet Biarritz. Las academias donostiarras Thalia (Mentxu Medel) y Anaiak (Olga del Barrio), la Escuela de Música y Danza de Donostia-San Sebastián (Coral López), además de Triska Dantza Taldea en Deba (Josu Mujika[En]) y la Escuela Municipal de Irún (Sonia del Barrio) nos abren amablemente sus puertas. Poco a poco vamos conociendo parte del tejido gipuzkoano de la danza y nos permite relacionarnos con el sistema de funcionamiento del sector.

Profesionalización de los bailarines

En 2003 surge la idea de hacer un taller de verano para adolescentes de tres semanas de duración. A los jóvenes bailarines se les ofrece descubrir el ritmo del trabajo profesional, con un entrenamiento cotidiano potente y largas horas de ensayo y de preparación. Se organiza una audición transfronteriza y, como colofón, se presenta en una actuación en la Plaza de Cataluña durante la Semana Grande de Donostia-San Sebastián, gracias a la colaboración de Donostia Turismo y su director Manu Narváez. Este taller de verano se repite en las siguientes ediciones de la Semana Grande y cada vez se presenta una pieza diferente, todas ellas coreografiadas por Thierry Malandain: Bolero (2003), Rikalda (2004) y Obertura Cubana (2005).

Las Jornadas Dantzaz gestan varias actividades en torno a la danza

Desde los inicios, además de la sensibilización y el acercamiento de la danza a los diferentes públicos, comienza a tomar fuerza una línea que será muy importante en nuestra misión y marcará toda nuestra andadura: facilitar la formación de los bailarines para alcanzar un alto nivel que les permita una profesionalización posterior.

Karin Fous, Jorge García, Adeline Croza e Izaskun Lapaza[T] son algunos de los bailarines que se forman con Dantzaz en este período. Posteriormente, se integran en compañías como Ballet Nacional de Chequia, Zúrich Ballet, Ballet de Copenhague o realizarán sus propios proyectos.

 

Jornadas Dantzaz

Entre 2004 y 2007, se generan también las Jornadas Dantzaz, que intentan gestar varias actividades en torno a la danza. Conferencias de historia de la danza con Sonia Schoonejans, de nutrición y dietética para la danza con la doctora Paule Nathan, de técnica de la luz con Javi Ulla; talleres de anatomía y análisis del movimiento danzado con Sohanta de Oliveira; clases maestras de yoga y ballet con Maaï Van Hout, de introducción a la técnica Pilates con Esperanza Aparicio, de ballet en combinación con los espectáculos que se programan en los teatros de la ciudad con Charles Jude y la llegada del Ballet de Bordeaux al Kursaal; sesiones de circo con Stéphane Coudray y Kilikolo Zirko; o clases de Técnica Alexander con Anne Landa conforman parte de la extensa programación de estas jornadas. Cabe destacar el proyecto de mediación que, creado y dirigido por la directora de la compañía EliralE, Pantxika Telleria[T], utiliza como soporte el medio de transporte transfronterizo conocido como Topo (Euskotren).

En la sala Gazteszena se presenta la actividad escénica: ensayos abiertos con el Ballet Biarritz y un espectáculo que reúne a tres compañías africanas, ganadoras del 5º Encuentro Coreográfico de África (Compagnie Ljodee de Nigeria, Projeto Cuvilas de Mozambique y La Compagnie de Malí).

Las Jornadas Dantzaz reúnen también varias exposiciones fotográficas: Nureyev: Le Fou de Danse en la Escuela de Música y Danza de Donostia-San Sebastián, del fotógrafo y diseñador de luces Jean Claude Asquié; Ballet Biarritz, imágenes de danza en los locales de Egia Kultur Etxea, del fotógrafo y reportero de Sigma Jacques Pavlovsky; e Inmersión en la danza también en Egia Kultur Etxea, del fotógrafo del periódico El Diario Vasco José Usoz[T], una instalación de instantáneas de los bailarines del Ballet Biarritz junto a los habitantes del fondo del mar.

José Usoz nos ofrece un tesoro fotográfico para nuestro fondo documental

La fotografía acompaña a Dantzaz desde sus inicios. José Usoz es el que toma las primeras imágenes de los diferentes eventos y nos acompañará durante varios años. Su labor nos ofrece una amplia y magnífica galería de instantáneas, un tesoro para nuestro fondo documental.

Ballet Biarritz Junior

2005 - 2008

Texto: Adriana Pous

Primeras producciones coreográficas

«En este territorio transfronterizo residen bailarines jóvenes con una capacidad suficiente como para solicitar su ingreso en un centro de formación pre-profesional de danza, lo que les ha llevado a crear un grupo integrado por jóvenes bailarines a imagen de las grandes compañías internacionales». (Artezblai, 21/11/2005)

 

Decidimos lanzarnos a un nuevo proyecto: crear una compañía joven

2005-2006

Con audacia, y tras las experiencias de los tres primeros años, queremos seguir explorando y abriendo nuevos caminos. Decidimos lanzarnos a un nuevo proyecto: la posibilidad de crear una compañía joven. En el convenio entre el CCN Ballet Malandain Biarritz y Dantzaz, se acuerda un programa de colaboración para formar jóvenes bailarines y facilitar su acceso a la vida profesional, ofreciéndoles una beca, además de la experiencia laboral escénica. La propuesta transfronteriza toma fuerza gracias a la colaboración interinstitucional entre el Gobierno Vasco (con fondos europeos), la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, que unen fuerzas para hacer realidad este proyecto. En septiembre del 2005, tras una audición pública, 12 jóvenes bailarinas provenientes del País Vasco, tanto norte como sur, pero también de otras partes del Estado español y del Estado francés, participan en ese desafío, que durará seis meses, en una primera prueba de laboratorio bajo el nombre de Ballet Biarritz Junior (BBJ).

En Dantzaz continúan trabajando tres personas: Filgi Claverie[En]como director general; Adriana Pous, como directora artística delegada; y Sofía Alforja[En], como encargada de Producción. Desarrollan su labor muy de cerca junto con el equipo directivo del Ballet Biarritz para organizar las audiciones, el desarrollo del programa, las clases, los ensayos, la planificación cotidiana y los escenarios en los que presentarán las funciones.

Se solicita a profesionales locales que participen en el proyecto. Entre ellos, contactamos con el gran maestro Iñaki Landa, uno de los bailarines de Anexa (la primera compañía de danza contemporánea en el Estado español) para impartir las clases de Contemporáneo; y con Josu Mujika[En], bailarín con una larga trayectoria en el extranjero, además de coreógrafo y profesor, para dar clases de Técnica Clásica. Igualmente, se contrata a Asier Zabaleta[T] para impartir clases de Improvisación, pero solo por un breve tiempo porque, al ser creador de su propia compañía, deja de estar disponible muy rápidamente, y dedica su energía y su tiempo a seguir creciendo como coreógrafo.

El Ballet Biarritz encarga al exbailarín de la compañía Gaël Domenger la coordinación del proyecto junto con Adriana Pous, por entonces de baja maternal. Además, Domenger trabaja como coreógrafo para Dantzaz durante este período.

Las primeras integrantes del Ballet Biarritz Junior son Ione Aguirre e Irma Hoffren, que actualmente siguen trabajando en el Ballet Malandain Biarritz; Judith Argomaniz[T], que se desarrollará como coreógrafa para crear, más tarde, su propia compañía; Miren Gómez, Victoria de la Fuente, Pauline Fabien, Noemie García, Severine Lefevre, Aurelie Luque, Sara Hernández, Anne Sophie Placier y Gisela Riba. Algunas integran una temporada completa más en el Ballet Biarritz Junior. Otras se dirigirán a conservatorios superiores en Madrid y Barcelona para estudiar Interpretación y Coreografía o se dedicarán a la enseñanza.

El primer programa, Tximeleta[P], se estrena en Gazteszena (Egia Kultur Etxea) en octubre de 2005 y se compone de las piezas La noche transfigurada, de Gaël Domenger; La muerte del cisne y Bolero, de Thierry Malandain[T]. A nivel técnico se contacta con el equipo profesional Eragin Stac, dirigido por Alberto Arizaga, quién acompañará, a partir de entonces, la andadura de todas las producciones y giras de Dantzaz hasta el presente.

El Instituto Cultural Vasco (EKE/ICB) solicita un encargo de creación a Thierry Malandain, quien traspasa la demanda a Gaël Domenger, proponiéndole que lo haga con el nuevo grupo que se acaba de formar. Batekmila[P]  se estrena en el Teatro Harri Xuri de Louhossoa en noviembre de 2005.

El resultado de esta prueba de seis meses es positivo y la colaboración interinstitucional entre el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián continúa de manera exitosa, prorrogando el proyecto.

 

2006-2007

La temporada comienza en septiembre de 2006 y continúa la aventura de la joven compañía. Seguimos utilizando la marca de Ballet Biarritz Junior con la mayor parte del repertorio de Thierry Malandain. Dantzaz mantiene la Dirección General y la Dirección Artística delegada en el proyecto y prosigue el trabajo cotidiano en los locales de Egia Kultur Etxea. Realizamos una audición pública, abierta a toda Europa, y proponemos un equipo mixto de 12 jóvenes de entre 18 y 22 años. Iñaki Landa dará las clases de Contemporáneo, mientras que Gaël Domenger y Adriana Pous compartirán las de Técnica Clásica y los ensayos del repertorio de Thierry Malandain. Josu Mujika, una vez a la semana, imparte la de Técnica Clásica y un taller coreográfico de Improvisación. Además, comienza con un trabajo de sensibilización en centros educativos de Gipuzkoa en una campaña pionera.

En el programa Ibilaldi[P] , gracias a la colaboración del Théâtre des Chimères un trabajo teatral enlazará los diversos extractos del repertorio de Thierry Malandain (Mozart à 2, La Valse de Fleurs y Obertura Cubana) con las piezas Paradizo, de Christine Grimaldi; Shérézade, de Gaël Domenger; y Les Rêveuses, de Christophe García. Se estrenarán en el Teatro Casino de Biarritz en diciembre de 2006.

En Arteleku nuestras energías artísticas se entrelazan de manera fluida

En abril de 2007, se retoma un programa completo del repertorio de Thierry Malandain, que se llamará Gari Beltza[P], conformado por tres piezas (Gnossienne, Blé Noir y Danses Qu’on Croise). Éste se estrena en la sala Gazteszena y se presenta en una gira por varias ciudades de nuestro territorio, entre ellas, Biarritz; concretamente en el Teatro La Gare de Midi, donde se ofrecen varias funciones escolares organizadas por Biarritz Culture.

El estudio de Egia Kultur Etxea comienza a resultar estrecho y, gracias a la colaboración de Donostia Kultura, se trabaja por períodos largos en la sala de danza del Teatro Victoria Eugenia. La Diputación Foral de Gipuzkoa nos ofrece ensayar en la sala de danza de Arteleku, el reconocido centro de creación artística y pionero, tanto a nivel local como internacional, por sus residencias artísticas multidisciplinares. Es un lugar especial, donde las energías artísticas se entrelazan de manera fluida y espontánea, y donde nacen diversos proyectos entre sus artistas residentes. Esto también nos abre vías a nuestra inspiración y hace que los bailarines de Dantzaz tengan la posibilidad de colaborar con todo tipo de artistas en su tiempo fuera de la compañía; de nuevo, explorando nuevos territorios.

Giras

Tanto con la sensibilización como con la gira se intenta llegar hasta los pueblos donde, a menudo, la presencia de la danza contemporánea es escasa. Urrugne/Urruña, Ispoure/Izpura, St. Jean de Pied de Port/Donibane Garazi, Hendaia, Amorebieta/Zornotza, Elorrio e Irún son algunas de esas localidades. Se crean programas adaptados técnicamente a los espacios, gracias a la habilidad del director técnico Alberto Arizaga, que intenta respetar al máximo la esencia artística de la ficha técnica.

Para los intérpretes, estas experiencias son clave para aprender el oficio: deben agilizar su mente y adaptarse a los diversos espacios, con la misma ilusión que lo hacen en un gran escenario. El resultado de la combinación de todas estas energías es un gran éxito.

Mediación

Desde sus comienzos, Dantzaz inicia su trabajo para la sensibilización a la danza contactando con diversos centros educativos para realizar talleres coreográficos, que sirven para ir afianzando una red en todo el territorio. Esas tentativas se cristalizan en 2006 con el lanzamiento de una campaña escolar en la que, además de los talleres coreográficos, se ofrecen una serie de funciones que se desarrollarán fundamentalmente en Gazteszena para los centros de Donostialdea, pero también en teatros como el Leidor de Tolosa o los Amaia Antzokia de Arrasate e Irún. Esta experiencia obtiene un doble objetivo: por un lado, el público escolar descubre la danza contemporánea y, por el otro, los intérpretes adquieren experiencia escénica gracias a la repetición consecutiva de las actuaciones y al diálogo que se establece con el público mediante las charlas posteriores.

La selección de las piezas que se ofrecen en estas sesiones escolares es la misma que se realiza para el gran público. Desde Dantzaz siempre hemos considerado que el público infantil tiene toda la capacidad para apreciar y disfrutar nuestras obras e incluso, a veces, su mirada es más natural y abierta que la del público adulto.

La apuesta es clara: Dantzaz quiere generar empleo

Trans-danz

En ese momento conviven en toda Europa dos grandes tipos de Junior Ballets. Por un lado, formaciones jóvenes que dependen de una gran compañía y que tienen la misión de ser su antecámara, tanto para bailarines como para coreógrafos; y, por otro lado, otras que dependen de conservatorios o de escuelas de danza, cuya misión es la de complementar la última etapa de la formación de dichos centros. La diferencia parece pequeña, pero la concepción básica es muy importante: ¿son los bailarines quienes deben pagar por una formación avanzada o es Dantzaz quien debe pagarles por su trabajo? La apuesta es clara: Dantzaz quiere generar empleo y, por ello, debemos contratarlos y pagarles.

Las Jornadas Dantzaz, desarrolladas entre 2005 y 2007, pasan a ser unos encuentros en los que Dantzaz impulsa los intercambios entre jóvenes bailarines de diversas partes de Europa y Canadá desde la organización de los encuentros Trans-danz. Es entre 2008 y 2010 y su objetivo es desarrollar una red por la que las diferentes estructuras intercambien conocimiento y compartan experiencias escénicas.

Durante los encuentros Trans-danz, jóvenes compañías europeas como el Jeune Ballet de Cannes, el Junior Balletto di Toscana y el Ballet Junior de Geneve, junto con el equipo de bailarines de Dantzaz-Ballet Biarritz Junior, comparten clases magistrales y talleres impartidos por Urtzi Aranburu, Hilde Koch, Josu Zabala y Dominique Dreyfus. Los espectáculos de las compañías invitadas, junto con el resultado de los talleres realizados, se muestran en la Sala Club del Teatro Victoria Eugenia, en el escenario del Teatro Casino de Biarritz, en Gazteszena y en el Teatro de Donibane Garazi.

Otros encuentros posteriores serán con el Ballet Divertimento de Montreal, el Conservatorio Superior de París, el Joven Ballet de Praga o IT Dansa de Barcelona, presentando siempre un taller en común en diversas localizaciones como, por ejemplo, el que impartió Inma Rubio en el Mercado San Martín de Donostia-San Sebastián.

Dantza-Klub / Atalak

La renovada Sala Club del Teatro Victoria Eugenia tiene una configuración que invita a desarrollar un encuentro cercano entre público y artistas. Ello nos inspira a crear, en 2007, unas citas informales con un formato de laboratorio, combinado con artistas locales. Germina así Dantza-Klub y, dentro de ese marco, a cada presentación la nombramos Atalak, un nombre que más adelante se convertirá en todo un gran proyecto.

Apoyada inmediatamente la propuesta por Donostia Kultura en la persona de Norka Chiapuso, se realizan cuatro encuentros al año. La combinación de piezas frescas de laboratorio, creadas por los bailarines, con las piezas de coreógrafos locales, todo ello adaptado al especial espacio de la Sala Club, genera un público fiel que hace que, una tras otra, se cuelgue el cartel de no hay billetes en las sesiones de Dantza-Klub.

Pasan por esos Atalak artistas y compañías locales invitados como Josu Mujika, Jon Maya, Izaskun Lapaza[T], Pantxika Telleria[T], Asier Zabaleta, Aukeran-Edu Muruamendiaraz, Igor Calonge, Eneko Balerdi, Noemi Viana, Eneko Gil, Aiert Beobide, Amaia Navascues, Larraitz Ugartemendia, Kontxi Lopez, Argia Dantza Taldea, el Conservatorio de Danza José Uruñuela de Vitoria-Gasteiz, Sara Paniagua, el grupo de hip hop Bust to Move, Eneko Alcaraz…

 

Colaboraciones

La EGO (Joven Orquesta del País Vasco) contacta con nosotros para colaborar en sus conciertos de verano. Así, el Bolero de Ravel será interpretado por la formación musical en directo, con la coreografía de Thierry Malandain, y presentado con una especial producción en espacios de las tres capitales del País Vasco: en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz, en el Palacio Euskalduna de Bilbao y en el Kursaal de Donostia-San Sebastián.

Algunos de los bailarines de ese período son Gabriel Barrenengoa, Mickaël Conte, Vivien Ingrams, Solène Nusbaum, Léa Guilbert, Mathias Deneux, Pierre Henrion, Erick Odriozola, Aurélien Dougé y Martin Harriague[T].

Posteriormente, se integraron en Bejart Ballet, CCN Ballet de Lorraine, EliralE, Kukai, West Australian Ballet, Ballet Teatro Dessau, Ballet de Canarias, Ballet de Europa, Ballet Norrdans y Ballet de Marseille.

Entrevista
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Filgi Claverie

28/09/2021

«Dantzaz es una obra colectiva»

 

¿Cómo comenzó Dantzaz?

Lo primero que quiero comentar es que Dantzaz se trata de una obra colectiva. Con Adriana tuvimos la idea en el inicio y ahí empezó la trayectoria de Dantzaz. Luego, seguidamente, trajimos con nosotros a Elixabete Garmendia y Nando Piñeiro y empezó a desarrollarse la idea. Sin ellos hubiera sido imposible.

Elixabete asumió la presidencia de la Asociación, aportó legitimidad y seriedad porque era muy conocida en Hegoalde.  Ella, además, tenía una gran experiencia en los medios de comunicación. Nando Piñeiro, por su parte, nos abrió las puertas de la Casa de Cultura de Egia: el estudio de danza, las oficinas...

Conocíamos el modelo de desarrollo de la danza que tenía el Estado francés, en el que las jóvenes compañías eran el sistema de profesionalización cuando se terminaban los estudios de danza. Para mí, era un paso clave para la profesionalización y queríamos traerlo a Hegoalde; queríamos hacer una herramienta de trabajo en colaboración con instituciones, agentes y academias. En definitiva, hemos hecho de puente entre Iparralde y Hegoalde y esto ha sido muy importante, aunque a veces no somos muy conscientes de la influencia que ha tenido.

El papel de la Diputación Foral de Gipuzkoa siempre ha sido primordial. Frantxis López Landatxe y Lide Arana han sido muy importantes y una ayuda tremenda para nosotros.

El primer convenio se hizo entre la Diputación Foral de Gipuzkoa, Donostia Kultura, Dantzaz y Ballet Biarritz, cuatro instituciones, cada una en su ámbito, en el ejercicio de sus funciones. Este convenio entre diferentes ha sido realmente muy significativo: así es como queríamos hacer el proceso, uniendo fuerzas y tejiendo red.

 

¿Cuáles fueron los principales pilares del primer proyecto?

Para mí, tuvimos cuatro ideas muy claras desde el principio, como objetivos principales:

Primero: debía ser un proyecto transfronterizo, real y natural porque la danza no tiene límites, éramos un puente para relacionarnos naturalmente entre Iparralde y Hegoalde.

Segundo: Dantzaz aportaba sabiduría y posibilidades, mientras que las instituciones disponían los recursos. Esta distribución de roles era muy efectiva y orgánica.

Luego, el Malandain Ballet Biarritz nos proporcionó el rol de conectar, ya que es una institución de alto nivel en el Estado francés, y le daba a Adriana un papel para transmitir y compartir un saber, para generar un nuevo puente.

Para terminar, la territorialidad, especialmente en Gipuzkoa. En ese momento no había casi ninguna compañía de danza profesional y en la Diputación Foral de Gipuzkoa entendieron muy bien que el proyecto debía abrise a los jóvenes de toda Europa y siempre dispuesto a hacer mezclas, ya que la internacionalización era la esencia del proyecto.

 

¿Por qué la danza?, ¿qué es la danza para ti?

La danza fue mi universo de trabajo durante diez años y, como herramienta, era la más útil para comunicarse con los demás, no hay palabras, es el idioma universal. No conocía la danza, sólo la vasca en mi juventud; pero comencé a sumergirme en este mundo cuando comenzó el Festival de Biarritz, y lo descubrí todo, lo cual fue un enorme regalo para mí.

Adriana Pous y yo creamos el proyecto de Dantzaz para transmitir todas las potencialidades de la danza, así como sus valores y su ética. Por eso nos llamamos Dantzaz, porque lo hacemos todos bailando, usando la danza como medio. 

 

¿Cómo ha evolucionado Dantzaz?

Creo que el paso que más nos ha marcado es el momento en el que dejamos nuestra relación con el Malandain Ballet Biarritz y comenzamos a caminar solos. Decidimos con la ayuda de la Diputación Foral de Gipuzkoa que no íbamos a ser un junior ballet, sino un organismo autónomo, con su identidad, y con su misión. En ese momento cambia el proyecto y nos situamos en el ámbito de Euskadi y Gipuzkoa.

Para mí es un cambio muy importante para situar bien nuestras raíces y para asentarlas en el territorio. Poco a poco, empezamos a ir por los teatros de Hegoalde, a casi todos. Algunos sitios eran superpequeños, pero lo hacíamos porque eso estaba dentro de nuestra misión. Hacíamos algunas actuaciones en Iparralde y luego también en toda Europa. Recuerdo la gira en la República Checa, una oportunidad que salió de un convenio que firmamos entre entidades internacionales.

Dantzaz ha sido y es una herramienta para desarrollar políticas y, poco a poco, creo que hemos ayudado a cambiar las cosas. En un principio siempre hemos probado que con poco dinero se podían hacer las cosas: residencias, mediación, profesionalización... Hemos trasladado ideas y procedimientos desde el Estado francés para luego ayudar a las políticas de aquí. Debemos seguir siendo una herramienta de trabajo para desarrollar planes y políticas.

Entrevista
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Sofía Alforja

25/08/2021

«Dantzaz es indispensable para Dantzagunea: genera prototipos, que luego se integran en el sector»

 

¿Cómo es tu relación con Dantzaz?

En aquel entonces yo trabajaba en el festival Maiatza Dantzan de la Diputación de Gipuzkoa y Filgi Claverie me conocía por ese ámbito. Cuando Dantzaz necesita una persona para la producción, Filgi me propone entrar a formar parte de Dantzaz. Para mí fue comenzar en un proyecto a largo plazo con unas personas de ámbitos diferentes que proponían un proyecto ilusionante con una experiencia súper interesante e innovadora a la realidad del momento en el sector de la danza. Comienzo a trabajar en 2003 cuando Dantzaz estaba en el Centro Cultural de Egia, desde entonces han pasado 20 años...

El proyecto Dantzaz ha tenido siempre una perspectiva muy amplia, ha contado con un apoyo desde la Diputación no solo económico sino de interés hacia lo que se ha ido generando. Al inicio el equipo era un grupo pequeño de personas que va generando diferentes proyectos y formatos. Después, la Diputación continúa su apoyo a la danza y crea Arteleku, un espacio al que se traslada Dantzaz como compañía residente, aunque esos conceptos no estaban definidos como ahora. En Arteleku se sigue desarrollando Dantzaz como proyecto y es allí en 2008 cuando la colaboración entre Ballet Biarritz Junior y el Ballet Biarritz cambia y nace Dantzaz con un cambio de nombre. En 2011 Filgi termina la colaboración con este proyecto y entra Fernando Sáenz de Ugarte que aporta muchos cambios al proyecto, a la vez llegan las inundaciones en Arteleku, se empieza con la gestión de Tabakalera...y se traslada Dantzaz a la ubicación actual, la sede de Dantzagunea de Gipuzkoa en Errenteria.

Dantzagunea nace como una apuesta de la Diputación Foral de Gipuzkoa para el apoyo a la creación coreográfica de Gipuzkoa. En su primer año de andadura el proyecto desarrolla la organización de las salas de danza de Arteleku. Es una nueva apuesta de la Diputación para la organización de reservas y cesión de salas y es Dantzaz la que inicia esta gestión. En esta época yo sigo trabajando en el apartado de producción de Dantzaz. En el 2014, la dirección de Dantzaz junto con Dantzan.eus y Eragin, decide retomar la apuesta de gestionar Dantzagunea y crean una UTE que durante estos años gana el concurso de licitación de la gestión. Es en ese momento en el que estoy en los dos, Dantzaz y Dantzagunea y al final terminé en la coordinación de Dantzagunea.

 

¿Cómo ha sido caminar junto a Dantzaz?

Dantzaz es un proyecto con diferentes líneas, la plataforma al primer empleo, pero también genera prototipos para la construcción de estructuras. Se ha ido investigando, buscando y consolidando. Ha sido un constante probar. En su inicio, el equipo fundador de Dantzaz no proviene del sector de la danza en Gipuzkoa, ni del resto de Euskadi, aun así trabajan por conocer el sector e integrar en el hábitat gipuzkoano las fórmulas de trabajo que venían desarrollando en Iparralde. Había que crear nuevos lenguajes de estructuras, de infraestructuras y de posibilidades de formalizar proyectos desde otros ámbitos. Se crea Trans-dans, un pequeño festival con encuentros, talleres, proyectos transfronterizos con artistas, exposiciones, búsqueda de encuentros con las escuelas de música y danza de Donosti. Lo que vivimos ahora, esa forma de colaborar y de interactuar generando proyectos entre diferentes instituciones, ya estaban antes porque lo fue desarrollando Dantzaz desde hace 20 años... Otro ejemplo es cómo los proyectos de Dantzaz inician y van cambiando de nombre, pero perduran en su identidad y misión que son importantes para el sector. Por ejemplo, Dantza-Klub que es un proyecto que innova en el formato de presentación y en el que se abren los procesos de producciones de bailarines y artistas de Gipuzkoa. Es lo que se ha desarrollado luego con la Red Atalak. Dantzaz está lleno de ideas que funcionan y se siguen desarrollando y construyendo.

 

¿Cómo ves que podría seguir avanzando Dantzaz y su relación con Dantzagunea?

Dantzaz es una herramienta indispensable para Dantzaguena. Dantzaz y Dantzagunea forman parte de un mismo carro, que tiene diferentes caballos, pero que juntos se apoyan. El cubrir la necesidad de profesionalización de jóvenes bailarines es muy importante y a la vez los que hayan pasado pueden seguir desarrollando sus carreras por la infraestructura que hay alrededor de Dantzaz y Dantzagunea. El abanico de artistas coreográficos y de bailarines que hay en Gipuzkoa se ha visto apoyado y enriquecido por la existencia de Dantzaz. Judith Argomaniz, Martin Harriague y otros muchos. Es como ir cultivando la tierra, se van creando diferentes capas que dan una estructura a la casa. Dantzaz genera una diversidad de proyectos como Atalak o las residencias con Quebec. Su agilidad como estructura facilita poder ser una vanguardia que abre camino. Dantzagunea es una casa de la danza que trabaja en común con su entidad residente y que va integrando y estructurando esos caminos. Dantzaz genera y desarrolla prototipos que después pueden ser integrados en el sector y, en concreto, en Dantzagunea. Juntas las dos instituciones son como dos caballos necesarios para que la carreta de la danza funcione y esté equilibrada. Dantzagunea apoya y promueve la creación coreográfica de todos los estilos de danza, a la vez que Dantzaz favorece y ayuda mediante sus proyectos a la creación de empleo a artistas de los diferentes ámbitos de la danza.

Entrevista
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Frantxis López Landatxe

17/12/2020

«Dantzaz debería ser un recurso de la sociedad»

 

¿Cómo recuerdas la construcción de Dantzaz?

Reflexionando sobre el pasado creo que las confluencias de diferentes entidades fueron necesarias para que Dantzaz pudiera comenzar. En ese momento de los años 2000, no había estructuras culturales estables en Euskadi. En Donostia-San Sebastián habíamos tenido el festival de danza Maiatza Dantzan, que había generado una entrada de artistas y compañías y nos había enseñado a ver la danza de otra manera. Al pasar el Festival al nuevo Kursaal, más grande y con un coste mayor, genera su fin y, como consecuencia, deja el sector de la danza contemporánea con poca presencia. En esa época hubo algunos intentos de creación de compañías públicas como Arteszena que no llegaron a dar frutos y la mayoría de bailarines que estudiaban en academias de danza se iban con las becas a estudiar fuera y no regresaban. Este era el panorama cuando se creó el Centro Coreográfico Nacional - Ballet Biarritz cerca de nuestra frontera y es cuando llega la propuesta transfronteriza de crear un Centro de Sensibilización para la Danza y, después, el Ballet Biarritz Junior. Siempre me he preguntado: ¿el humus de nuestra tierra estaba preparado para aceptar la receta importada del modelo que tiene la República Francesa de apoyo a las artes escénicas y la danza?

Dantzaz responde a un momento en el que podemos crear proyectos transfronterizos y las diferentes instituciones como el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, el Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa, el Ballet Biarritz y la asociación Dantzaz se ponen manos a la obra. Por un lado, creo que desde el lado francés se buscaba una concreta singularidad en relación a los demás centros coreográficos franceses y la propuesta transfronteriza venía acompañada por las ayudas Interreg de aquella época. De nuestro lado, no fue una propuesta fácil, ya que, aunque fuera una iniciativa que venía de Iparralde, se acoge como un producto francés. Las administraciones lo reciben bien, pero no para todas las personas del sector fue una entrada fácil. A la vez, la Administración de aquella época con la Ley 1901 limita la figura jurídica de Dantzaz, de forma que, como en la película La soledad del corredor de fondo, se pone a correr sola. La Administración está ahí, pero no siempre reflexiona o se ocupa del significado de Dantzaz en nuestra sociedad. En resumen, la idea de la joven compañía y el Centro de Sensibilización, que llega de la mano de Filgi Claverie desde el otro lado de la frontera junto con el trabajo tenaz y profesional de Adriana Pous, da un aire fresco e innovador a la situación de la danza en aquella época.

 

¿Por qué crees que ha sido importante la creación de Dantzaz?

A lo largo de los 20 años Dantzaz ha tenido y tiene una capacidad de adaptación al sector increíble. Su continuidad a lo largo del tiempo ha cooperado en la estabilidad política, siempre apoyada desde la Administración, ya que nuestra labor como técnicos de Cultura ha sido en muchos casos la de hacer entender a los políticos la importancia de las cosas y su valor. Hay que tener en cuenta que hemos tenido políticos que se han volcado con la cultura y otros, no tanto. A la vez, Dantzaz ha sabido escuchar y estar al tanto de forma sensible de lo que iba pasando a su alrededor. También, adaptarse y buscar cómo aportar, dando visibilidad a coreógrafos nacionales e internacionales, formando intérpretes, desarrollando programas de sensibilización y en los últimos años acogiendo a artistas locales dentro del programa transfronterizo Atalak, que es muy importante. La propuesta internacional es un logro que ha hecho Dantzaz a lo largo de su recorrido, ya que coreógrafos de renombre han venido a Euskadi de su mano y se ha podido conocer su trabajo. La realidad es que Dantzaz ha aportado propuestas y líneas de trabajo que hace 20 años no podíamos imaginar que iban a existir en este territorio.

Un pequeño fracaso de la Administración en relación a Dantzaz ha sido el no atreverse a apoyar a la compañía y a la casa de danza Dantzagunea como propuesta única, ya que lo lógico sería que este proyecto se llevara a cabo bajo una sola dirección para desarrollar los objetivos de la sensibilización y de la creación de danza. No ha habido ese miedo a la hora de crear orquestas e instituciones que llevan adelante la formación y profesionalización de la música, pero apoyar a la danza ha costado y sigue costando.

 

¿Qué futuro le auguras a Dantzaz?

En relación al futuro, el reto es con el mundo que nos rodea Dantzaz debería ser un mayor recurso para la sociedad, pero ¿cómo se consigue?... Creo que Dantzaz cuenta con intérpretes de gran profesionalidad, coreógrafos de renombre y proyectos fuertes para poder acompañar otras iniciativas que se pongan en marcha en Euskadi que necesiten relacionarse con la danza.

Las artes vivas pasan por un periodo complicado. En Euskadi la entrada de público en los teatros no está tan generalizada como en otros territorios porque la educación no lo trabaja. Por lo tanto, tal vez las nuevas tecnologías y los medios digitales puedan apoyar este acceso y, en este contexto, Dantzaz puede ampliar sus herramientas de comunicación para difundir y visibilizar toda la labor que realiza y ha realizado durante años. Creo que lo más importante es seguir reflexionando e innovando junto con personas del sector para saber cómo ven la trayectoria del sector -¿se ha ayudado o no?- y seguir adelante escuchando, innovando y bailando.

Entrevista
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Josu Mujika

14/08/2020

«Dantzaz es un espacio enriquecedor»
 

Después de todos estos años de colaboración en diferentes proyectos y con distintas funciones en Dantzaz -coreógrafo, profesor, mediador...- ¿qué es Dantzaz para ti?
 

Dantzaz es un centro que crea y abre un espacio para realizar la transferencia, desde la formación académica a la profesionalidad y, haciendo esto, se convierte en un espacio dinámico de formación, experimentación, búsqueda y encuentro para los profesionales de la danza incidiendo, a nivel humano y artístico, en todos los que participan en ella. Es un punto de encuentro de muchas propuestas artísticas para la difusión de la danza. Además, es un centro abierto para gente de todas las naciones, como se ha visto a lo largo de toda su trayectoria, lo que considero algo muy positivo. Dantzaz siempre ha tenido una visión abierta para todos y, también, para todas las propuestas. Es un espacio enriquecedor. Su resultado es palpable, ya que se puede encontrar a bailarines que han pasado por Dantzaz en diferentes compañías europeas.

Dantzaz, a pesar de las limitaciones de financiación, funciona como una organización profesional y éste es su gran valor. Su existencia es importante porque apenas existen estructuras así a nivel nacional. Además, no se limita al mercado nacional, sino que trasciende fronteras con la creación de alianzas internacionales que le permiten presentar su trabajo en otros mercados y son muy pocas las compañías locales que tienen una distribución a ese nivel.

 

Cuéntanos cómo ha sido tu relación con Dantzaz, ¿cómo se forja esta conexión? 
 

Bueno, la relación empieza hace mucho tiempo. Un día conocí a Adriana Pous en Nancy, cosas de compañías, giras, etcétera. A los años, y, tras volver al País Vasco, se crea un centro coreográfico en Biarritz con su compañía estable y donde Adriana era bailarina. Pensé que era una gran oportunidad tener una compañía profesional cerca de casa. Para difundir la compañía, Ballet Biarritz ofrecía clases gratuitas a las escuelas de danza de Gipuzkoa. La responsable era Adriana, quien también daba las clases. Después mostraba y enseñaba una coreografía breve del Ballet Biarritz. Así que, a través de estas clases, volvimos a tener contacto. Mientras, se crea el Ballet Biarritz Junior. En el 2005, Filgi Claverie, director del Ballet Biarritz Junior, me propuso hacer un taller con niños. Más adelante, el Ballet Biarritz Junior desapareció y Adriana Pous y Filgi decidieron seguir adelante con Dantzaz. Es entonces, a partir de este espacio, cuando me proponen colaborar con ellos para impartir clases de danza o cursos de improvisación con los bailarines; más adelante, abrir y difundir la danza en las escuelas. Estos talleres los realizamos por toda Gipuzkoa. Recuerdo jornadas con muchas escuelas, muchos talleres y mucho kilometraje, organizados estupendamente, como no, por Sofía Alforja. Eran talleres para niños de Primaria de seis a 12 años de edad, a los que se les daba también la posibilidad de presenciar algún espectáculo matinal de Dantzaz. Todo esto se llevaba a cabo para que ellos vieran y experimentaran lo que es la danza y el proceso de creación, o sea, era un proceso de sensibilización hacia la danza.

En 2011, Dantzaz me propuso realizar una pieza de calle para Kaleko Antzerki Jaialdia, el Festival de Teatro y de las Artes de la Calle de Lekeitio. Este proyecto estaba basado en las canciones que diversos músicos crearon sobre los poemas de Sarrionaindia y, de ahí, surgió el proyecto Naufragoak, que se presentó en la playa de Isuntza, donde tuvo buena acogida y, más adelante, giraría bastante como espectáculo de calle. Fue un montaje ejecutado sobre la arena de la playa, lo que dificultaba a los bailarines, pero que aportaba belleza al mismo tiempo.  

En 2014, propusieron a Dantzaz un formato similar para el mismo festival con músicas de Mikel Laboa y, en esta ocasión, también me plantearon colaborar con ellos. El resultado fue Txoriak. Para esta obra tuve la posibilidad de tener como creador y asesor musical al gran Iñaki Salvador, pianista de Mikel Laboa. 

En 2015, Dantzaz recibe la invitación de la Sociedad Deportiva Eibar para realizar un espectáculo que aunase el mundo de la danza con el del fútbol. Se llamaba 4milpasos y en esta ocasión también participé. Fue un trabajo peculiar que unió dos mundos diferentes, pero que tienen el cuerpo como herramienta de trabajo. Fue bonito, pero muy físico para los bailarines que respondieron estupendamente, como siempre.

En 2019, realizamos la última creación mía titulada BASOA, basada en el campo de concentración de Gurs. Esta obra se benefició de una gran banda sonora realizada por Iñaki Salvador. Tengo muy buen recuerdo de esta colaboración que fue creativa y divertida al mismo tiempo, aunque el tema, de divertido no tenía nada.  

Las colaboraciones con Dantzaz han sido fructíferas y con una gran libertad en el momento de crear. Tengo que citar al siempre gran equipo humano de bailarines que han participado en cada ocasión porque he tenido una entrega total por parte de ellos y, además, con una energía increíble. Es un equipo maravilloso, así como el directivo formado por Adriana y Fernando, incansables y motivadores hasta el final.

 

Si pensamos en el futuro, ¿cómo te gustaría que fuera Dantzaz en 2030?
 

Se ha ido creando una compañía con una cantidad de bailarines extraordinarios, gente con una capacidad maravillosa, que podrían formar parte de una compañía estable. Lo ideal sería tener todo el bucle: primero, la formación; luego Dantzaz, como funciona actualmente; y, al final, una compañía estable con bailarines que han pasado por Dantzaz. El mayor hándicap para la existencia de Dantzaz es poder seguir una trayectoria con un futuro a largo plazo, debido a sus limitaciones económicas.

A mí me parece que es muy bonita la trayectoria que se ha realizado con la mediación, la formación, las producciones y los proyectos innovadores. Por ejemplo, el proyecto Atalak, que comenzó con un formato pequeño y ligero en la Sala Club Victoria Eugenia, ha ido creciendo, incluyendo a Tabakalera y otros socios.  Es un proyecto que nunca se había propuesto y, ahora, gracias a Dantzaz, está ahí, creciendo y aportando.

Hay que seguir, seguir y ver hasta dónde llegamos. Les deseo lo mejor.

Contexto histórico
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La danza en Gipuzkoa, 1983-2008

16/08/2021

De Maiatza Dantzan a Dantzagunea 

Lide Arana

 

Una de las primeras acciones culturales que me toca vivir, como técnico de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, es la creación, en 1984, del Maiatza Dantzan, Jornadas de Danza Contemporánea, que tendrá un total de 17 ediciones, la última de ellas en el año 2000. La creación de las Jornadas de Danza Contemporánea Maiatza Dantzan responde a una necesidad del sector y a las propuestas que recoge el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en el que Frantxis López Landatxe y yo acabábamos de entrar como técnicos de Cultura de entre las personas que en ese momento formaban parte del comité asesor del Departamento en el Área de Danza, como Menchu Medel y Axen Egaña. La organización de las Jornadas -nunca se denominó festival- se centra en una programación, durante el mes de mayo, dirigida a la creación de públicos para la danza. El festival vivió 17 ediciones, acogiendo compañías de gran nivel, tanto locales como nacionales e internacionales. Tras la desaparición de Maiatza Dantzan en 2000, Donostia Kultura, con la colaboración económica de la Diputación, en un principio, gestiona una programación anual de danza en Gazteszena.

Otra acción importante son los cursos de danza de verano, gestionados por la Diputación en colaboración con la Asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa. Comienzan su recorrido en 1984, durante la primera quincena de julio, con profesores internacionalmente reconocidos en el polideportivo de Bidebieta; pasando, en 1993, a Arteleku. Actualmente, se siguen celebrando en Dantzagunea. Estos cursos de verano han tenido mucha repercusión, ya que todo el sector se beneficiaba de ello, y era una ocasión única de reunión de los bailarines que estaban fuera formándose o bailando de manera profesional.

Un poco más adelante, en 1987, se crea Arteleku, en la legislatura de Imanol Murua, como diputado de Cultura, y Xabier Lete, como director de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Imanol Murua trae una idea de espacios artísticos parecida a la que se estaba desarrollando en otros lugares -tengo oído que hubo un viaje a Estados Unidos y se visitó algo similar-, donde se cedían espacios a artistas. Se da la circunstancia de que la Diputación se hace con una fábrica de materiales eléctricos en Loiola, por deudas con Hacienda, y es allí donde se acondiciona Arteleku. Primero, de forma un tanto rudimentaria, con espacios de cesión y programas de talleres y formación en diversas áreas de las artes plásticas. Después, se realiza un reacondicionamiento, en 1993, para el sector de la danza. Se acogen diferentes compañías como Arteszena, A deshoras, Igor Calonge, Asier Zabaleta, Mugatxoan -Blanca Calvo y Jon Munduate-, entre otras; así como el curso de danza de verano y otros organizados por distintas entidades del sector. La interdisciplinariedad en Arteleku generó encuentros muy interesantes entre diferentes sectores artísticos. En 2014, el espacio se cierra con las inundaciones del barrio, debido a que la zona de Txomin Enea del barrio de Loiola, donde estaba situado, se encontraba en cotas inferiores a las del río Urumea, lo que provocaba continuas inundaciones y generó su rehabilitación integral. Hoy en día, la plaza central lleva el nombre de Arteleku. Los espacios para danza existentes en Arteleku pasaron a ser Dantzagunea, a finales de 2008, como consecuencia del Plan de Cultura del Gobierno Vasco que defiende la creación de un espacio dedicado a la danza en cada uno de los territorios históricos de Euskadi, incrementándose poco a poco sus objetivos, su actividad y su presupuesto.

En octubre de 2002, tras las colaboraciones y el trabajo conjunto entre la Diputación y el Ballet Biarritz que había creado el Ballet Biarritz Junior, se firma un convenio de colaboración entre las cuatro entidades -Ballet Biarritz, Dantzaz Elkartea, Donostia Kultura y Diputación Foral de Gipuzkoa- para crear Dantzaz. Desde esa misma fecha, el Ballet Biarritz, a través de Dantzaz Elkartea, toma como sede la Casa de Cultura de Egia y lleva a cabo una labor, que, a grandes rasgos y hasta el año 2004, se articula sobre los siguientes ejes:
 

  • Primero: Dar a conocer el Ballet Biarritz a este lado de la frontera. Actuaciones, ruedas de prensa, encuentros con entidades, escuelas y profesionales de la danza de Gipuzkoa, instituciones políticas, etc.
     
  • Segundo: Crear y consolidar el Centro de Sensibilización hacia la Danza: relacionarse con las escuelas de enseñanza Primaria y Secundaria, así como con las academias de danza del entorno.
     
  • Tercero: Preparar y realizar talleres, ensayos abiertos, acciones, demostraciones que, unas veces, irán dirigidas a las escuelas o centros interesados; otras veces, al público en general; y otras, a profesores o a alumnos de las escuelas de danza.
     

Dantzaz nace con un programa dirigido por gente profesional y con calidad. Filgi Claverie guiaba Dantzaz y fue el que representó y defendió, ante las instituciones de Hego Euskal Herria, a esta compañía. Al principio, no todo el sector de la danza veía la creación de Dantzaz con buenos ojos, ya que algunos la consideraban una incursión venida de fuera. Pero desde la Diputación siempre hemos defendido a Dantzaz como una gran oportunidad para que la danza se desarrolle y tome fuerza en Gipuzkoa. Agradezco a Filgi, Adriana y Fernando -que sustituyó a Filgi en la dirección- defender con garantía de calidad artística la propuesta. Fue importante abrir el elenco para bailarines internacionales, ya que hizo posible lograr una calidad en la ejecución, que era imposible conseguir, en aquel momento, con bailarines locales. Esta situación ha ido evolucionando, llegando a acoger cada vez más bailarines de la zona gracias a la labor de Dantzaz y a la de Dantzagunea. Dantzaz, hoy en día, es una plataforma profesional que ofrece una formación continua, abierta y fórmulas de colaboración con diferentes entidades que le hacen ser el eje de Dantzagunea.

En 2008, los espacios para la danza, existentes de Arteleku, pasaron a ser Dantzagunea, incrementándose poco a poco sus objetivos, su actividad y su presupuesto. De esta forma una infinidad de artistas han sido acogidos en sus espacios, generando un nuevo ecosistema para la danza en Hego Euskal Herria.

Programas
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Tximeleta (2005)

01/01/1970

El primer programa de Dantzaz es Tximeleta y se estrena en Gazteszena (Egia Kultur Etxea) en octubre de 2005. Se compone de las piezas La noche transfigurada, de Gaël Domenger; La muerte del cisne y Bolero, de Thierry Malandain. Tiene una duración de 70 minutos (descanso de 10 minutos) y es un espectáculo creado para 12 bailarinas.

 

Bailarinas:

Ione Miren Aguirre, Judith Argomaniz, Victoria de la Fuente, Pauline Fabien, Noémie García, Miren Gómez, Sara Hernández, Irma Hoffren, Séverine Lefevre, Aurélie Luque, Anne Sophie Placier y Gisela Riba.

 

Proyecto subvencionado por:

Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, Euro-Ciudad Vasca, Donostia Kultura, Conseil Régional d’Aquitaine y Ministerio de Cultura español (INAEM).

 

‘La noche transfigurada’

Duración 30 minutos | Ballet para 12 bailarinas

Coreografía: Gaël Domenger

Música: Arnold Schoenberg

Vestuario: Karine Prins

Diseño iluminación: Jean-Claude Asquié

 

«Dos seres vagan por un bosque desnudo y helado; la luna les acompaña en su camino, ellos la miran».

La noche transfigurada es un poema sinfónico de Arnold Schöenberg creado en 1899, según el poema de Richard Dehmel, y escrito según el principio de la composición con 12 sonidos, a saber, el encadenamiento sistemático de 12 sonidos que no guardan entre sí ninguna relación aparte del orden en que se suceden. Por lo tanto, la composición coreográfica se centra en las 12 bailarinas que componen el Ballet Biarritz Junior y, a través de sus diferentes personalidades, intentará construir un conjunto coherente cuya identidad será definida por la relación que mantienen sus miembros.

«Ni una nube oculta la luz del cielo sobre la que despuntan las negras cimas».

Gaël Domenger

 

‘La muerte del cisne’

Duración 12 minutos | Ballet para tres bailarinas

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Camille Saint-Saëns

Decorado y vestuario: Jorge Gallardo

Diseño iluminación: Jean-Claude Asquié

 

Esta obra fue creada en San Petersburgo por Michel Fokine para la bailarina Anna Pavlova, La muerte del cisne, de Camille Saint-Saëns, entra en la leyenda en 1907. Escrita a partir de una pequeña página extraída del Carnaval de los Animales, monólogo en el que se ilustraron los mejores artistas, evoca con una poesía extrema los últimos instantes de un cisne.

Instantes de danza pura, este monólogo evoca también la potencia y la gracia de un pájaro cargado de numerosos símbolos entre los que destaca la luz, su blancura inmaculada, la del proyector que se funde con la sombra del cisne a la manera de Fokine, o simplemente la del cielo de donde surge el ave. El Cielo: la tradición le atribuye el valor de la cifra tres, esta es la razón por la que he multiplicado por tres la interpretación de este canto celeste. Tres cisnes, tres mujeres venidas del cielo se posan sobre la tierra para dar su último suspiro antes de encarnarse en un nuevo vuelo.

Thierry Malandain

 

‘Bolero’

Duración 15 minutos | Ballet para 12 bailarinas

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Maurice Ravel

Decorado y vestuario: Jorge Gallardo

Diseño iluminación: Jean-Claude Asquié

 

Ballet compuesto para la bailarina Ida Rubinstein Bolero fue creado el 22 de noviembre de 1928, la coreografía es de Bronislava Nijinska. El argumento inicial situaba la acción en una taberna andaluza. Una gitana baila sobre una mesa provocando olas de sensualidad entre los asistentes masculinos.

«Nuestro enfoque del Bolero no ha conservado nada del argumento original, hemos preferido privilegiar la escucha de la partitura de Maurice Ravel. De todos es sabido que el autor va limando, de manera obsesiva, un tema musical hasta la apoteosis final. En la intensidad de este final podemos observar la metáfora de un goce liberatorio, una expresión de la libertad conquistada paso a paso por encima del encierro. Todo el trabajo coreográfico va encaminado hacia este objetivo. Por otra parte, no podemos olvidar que en su época Bolero fue una apuesta musical llena de audacia, la misma que hoy se puede asimilar al hecho de que tratemos esta partitura tan popular. Audacia al querer confinar doce bailarines en un espacio restringido que, de entrada, limitará su expresión corporal. Límites que, para conquistar la libertad, tendrán que franquear los contenidos en la unidad del tema musical que Maurice Ravel hace desbordar en un final de una terrible intensidad expresiva».

Thierry Malandain

 

Programas
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Batekmila (2005)

01/01/1970

En el espíritu del programa Batekmila, iniciado por el Institute Culturel Basque, este espectáculo es un lugar de confrontación e intercambio.

 

Duración 30 minutos

Equipo artístico

Director: Pascale Daniel-Lacombe

Coreografía: Gaël Domenger

Música: Laurent Martin

Canción: Beñat Achiary

Diseño del set: Xabi Eliçagaray - Lucía Herrero

Luces: Richard Fano

Adaptación teatral: Annette Vautrot

Traducción en vasco: Daniel Landart

Actores: Shore Theatre (Teatro en la orilla), Amagoia Lauzirika, Dorleta Urretabizkaia, Arantxa Ezquerra, Belén Cruz, Josean Bengoetxea, Xabier San Sebastián, Inaxio Tolosa, Baptiste Eliçagaray y Javier Barandiaran

Bailarines: Ballet Biarritz Junior: Ione Miren, Judith Argomaniz, Victoria de la Fuente, Pauline Fabien, Noémie García, Miren Gómez, Sara Hernández, Irma Hoffren, Séverine Lefèvre, Aurélie Luque, Anne-Sophie Placier y Gisela Riba

Coproducido por: el Instituto Cultural Vasco, el Ballet Biarritz/Dantzaz, el Escenario Nacional de Bayona Sur-Aquitania y el CNR de Bayona Costa Vasca.

La creación de Batekmila es la culminación de varios meses de trabajo.

 

Descripción

 

La creación Batekmila cruza danzas, canciones, música y cuentos del País Vasco. Los nueve actores y los 12 bailarines crean el escenario y la atmósfera de las historias de los aldeanos y las láminas o Basajaun en una antología de cuadros poéticos y burlescos.

La zinta dantza (danza de cintas) se basa en una composición musical aérea y fascinante, entrelazando bailarines, sonidos electrónicos y voces, y, así, se hace eco del cruce de leyendas.

Se prevén dos actuaciones en Iparralde en el Auditorio de Louhossoa los días 4 y 5 de noviembre de 2005 a las 21:00.

 

Programas
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Ibilaldi (2006)

01/01/1970

En su segunda promoción, Ballet Biarritz Junior (2) te invita a pasear, a través de la música y la danza, por una nueva lectura de las grandes épocas de la Historia de la Danza: el Renacimiento, el Romanticismo, el Clásico, el Neoclásico y el Contemporáneo, donde se podrá disfrutar de cuatro propuestas coreográficas de la mano de diez jóvenes bailarines. La duración prevista del programa es de 60 minutos (sin descanso).

 

Director artístico: Thierry Malandain

Director: Filgi Claverie

Coordinadora artística: Adriana Pous (Ballet Biarritz)

Asistente administrativa: Sofía Alforja

Maestro de ballet: Gaël Domenger (Ballet Biarritz)

Profesor invitado: Iñaki Landa

Coreografías de: Gaël Domenger, Christophe García, Christine Grimaldi y Thierry Malandain

Director Técnico / Diseñador Iluminación: Jean-Claude Asquié

Equipo técnico: Eragin Stac

Bailarines: Mickael Conte, Miren Gómez, Léa Guilbert, Pierre Henrion, Irma Hoffren, Vivian Ingrams, Aurélie Luque, Erick Odriozola, Gisela Riba y Andrea Vallescar.

Proyecto subvencionado por: Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, Euro-Ciudad Vasca, Donostia Kultura y Conseil Régional d’Aquitaine-Euskadi.

 

‘Paradizo’

Coreografía: Christine Grimaldi

Música: Anthony Holborne

Vestuario: Christine Grimaldi

 

‘Mozart á 2’

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Wolfgang Amadeus Mozart

Vestuario: Jorge Gallardo

 

‘Les Rêveuses’

Coreografía: Christophe García

Música: Friedrich Burgmuller, Adolphe Adam y Ludwig Minkus

Vestuario: Christophe García

 

‘La Valse de Fleurs’

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Piotr Ilitch Tchaïkovski

Vestuario: Jorge Gallardo

 

‘Shérézade’

Coreografía: Gaël Domenger

Música: Rimsky-Korsakov

Vestuario: Gaël Domenger

 

‘Obertura Cubana’

Coreografía: Thierry Malandain

Música: George Gershwin

Vestuario: Jorge Gallardo

Programas
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Gari Beltza (2007)

01/01/1970

Thierry Malandain ha creado estas tres coreografías sobre música de Satie, Brahms y melodías populares bretonas. Con una duración de 60 minutos Gari Beltza se compone de Gnossienne, creado en mayo del 2000 para el Joven Ballet de Quebec, este ballet sitúa una barra de danza en el centro del escenario, volviéndose los bailarines acróbatas alados; Blé noir, un dúo en forma de cuento. Una mentira. La historia de una joven casadera que atrae a sus pretendientes a la tumba, mediante el engaño, en vez de ir a casarse con ellos; y Danse Qu'on Croise, recreando el espacio festivo de los salones y los cafés de antaño, las Danzas Húngaras de Johannes Brahms hacen revivir situaciones paradójicas como en un salón de baile. A pesar de este contexto extraño, la música conserva su propósito original e invita a los bailarines a divertirse y a disfrutar.

 

Bailarines: David Debernardi, Garazi Pérez, Mathieu Deneux, Andrea Vallescar, Aurélien Dougé, Léa Guilbert, Martin Harriague, Irma Hoffren, Vivien Ingrams y Solène Nusbaum

Director artístico: Thierry Malandain

Director: Filgi Claverie

Coordinadora artística: Adriana Pous (Ballet Biarritz)

Asistente administrativa: Sofía Alforja

Maestro de ballet: Gaël Domenger (Ballet Biarritz)

Profesor invitado: Iñaki Landa

Coreografías de: Gaël Domenger, Christophe García, Christine Grimaldi y Thierry Malandain

Director Técnico / Diseñador Iluminación: Jean-Claude Asquié

Equipo técnico: Eragin Stac

Fotografías: Conny Beyreuther

Proyecto subvencionado por: Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, Euro-Ciudad Vasca, Donostia Kultura, Conseil Régional d’Aquitaine y Ministerio de Cultura español (INAEM)

 

‘Gnossienne’

Coreografía: Thierry Malandain

Escenografía: Jorge Gallardo

Iluminación: Jean Claude Asquié

Sonido-música: Eric Satie y Johannes Brahms

 

‘Blé noir’

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Música tradicional bretona

Decorado y escenografía: Sean Wood

 

‘Danse Qu'on Croise’

Coreografía: Thierry Malandain

Música: Johannes Brahms

Decorado y escenografía: Jorge Gallardo

 

Testimonio
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Iñaki Arregi

06/10/2021

Acompañar a Dantzaz para difundir la danza

Desde joven he estado muy ligado a la danza: dantzari, maestro de danza, interesado en su conocimiento … y, aunque mi ámbito natural es la danza tradicional, el mundo de la danza contemporánea siempre me ha gustado y me considero un devoto aficionado. Gracias a lo que, en su tiempo pude aprender de algunos maestros en este ámbito, tuve la oportunidad de ejercitarme en algunas técnicas y de descubrir un mundo amplio y abierto que me ha sido de gran utilidad.

Años atrás, siendo seguidor del festival “Maiatza Dantzan”, tuve la ocasión de disfrutar de un escaparate inmejorable para conocer grandes compañías y creadores internacionales de gran renombre. Fue triste que aquello terminara sin ninguna continuidad.

En ese sentido, el proyecto Dantzaz desde su inicio me pareció una idea de gran interés. Localizada en nuestro país, Euskal Herria, abierto a la comunidad internacional, implicándose como colaborador y parte activa en proyectos, ofreciendo a través de sus laboratorios y talleres una oportunidad excelente para difundir la cultura de la danza en nuestro país, reunía las condiciones para ser una propuesta de gran proyección entre nosotros.

Llevo algunos años ya como colaborador en la Junta de Dantzaz, y he tenido la oportunidad de ser testigo de muchos proyectos.  Desde entonces he podido compartir de diferentes maneras dos espacios de la danza (tradicional y contemporáneo) lo que está siendo algo especial para mí.

Recuerdo una anécdota que tuvo lugar en el Victoria Eugenia cuando se estrenó el programa “Arte-an”: Itzik Galili, que en varias temporadas había colaborado con Dantzaz con diferentes coreografías, se reunión con miembros de la Junta. De carácter fuerte y emprendedor, le faltó tiempo para formular sin ambages la siguiente pregunta: “¿Qué hacéis para ayudar a Dantzaz?”. Se estaba refiriendo claramente al ámbito financiero-económico. La compañía en la que estaba implicado entonces, siendo de los Países Bajos, funcionaba en un entorno sociocultural totalmente diferente al nuestro de tal forma que una de las ocupaciones más importantes de los miembros de su Junta era la de conseguir recursos y soporte financiero.  

Si bien el contexto era diferente (difícilmente podemos trasladar aquellas funciones a nuestro ámbito) aquella cuestión removió el sentido de la motivación y responsabilidad que me unía al proyecto.  

En Dantzaz, hay diferentes forma de estar unido a la danza, y los miembros de la Junta ejecutamos nuestra propia danza y coreografía a la hora de apoyar y dar cobertura y soporte a este hermoso proyecto lo cual es esencial para que Dantzaz continúe en su andadura. 

Bailamos para que Dantzaz siga bailando.

Testimonio
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Judith Argomaniz

14/08/2020

«Con Dantzaz he salido a escena muchas veces y ha sido muy gratificante»

 

 

 

 

Testimonio
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Martin Harriague

21/09/2020

Incluso me había enamorado


Recuerdo la audición. En ese momento tenía 21 años y había empezado a bailar solo dos años antes. Estuve
audicionando junto con bailarines de los conservatorios nacionales de Lyon y París. Era impresionante, no podía hacer una pirueta; incluso golpeé a otro bailarín con un Grand Battement… me sentí ridículo. Pero Adriana y Thierry Malandain me dieron mi oportunidad. Al mismo tiempo, me enteré de que había sido admitido en el programa educativo D.A.N.C.E., dirigido por Forsythe, Mc Gregor, Preljocaj y Flamand. Tuve que tomar una decisión extremadamente difícil... Así que me encontré catapultado en Donostia-San Sebastián en una joven compañía que me iba a hacer descubrir el País Vasco gracias a sus numerosas giras y que me hizo vivir una increíble aventura. Bailé del repertorio de Thierry Malandain las piezas Danses Qu’on Croise, Gnossiennes y Blé Noir, un dúo durante el cual mi compañera Andrea me hizo comer crepes de verdad. En nuestra última actuación, los había rellenado de cebolla, ajo y pimiento. ¡Un horror!, especialmente cuando tienes que seguir bailando con todo eso en la boca. Más tarde, bailé con esta misma compañera, Andrea Vallescar, una pieza de Thomas Noone. Era un dúo de contacto que me encantaba, incluso me había enamorado... de Andrea. Finalmente bailé una pieza de Itzik Galili que me introdujo en su trabajo. Más tarde, trabajaría con él en los Países Bajos en el Noord Nederlandse Dans.

Testimonio
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Izaskun Lapaza

27/12/2020

Dantzaz es un proyecto emprendedor que está muy vivo


He sido vecina de Dantzaz en Dantzagunea desde siempre. Vimos surgir Dantzagunea en Arteleku y yendo aún más atrás, en Jareño, en la Casa de Cultura del barrio donostiarra de Egia, me viene a la memoria un taller organizado en un verano por el Ballet de Biarritz. Allí, la actual directora artística de Dantzaz, Adriana Pous, nos mostró a una decena de chicas una coreografía: el
Bolero de Malandain, con la famosa música de Ravel. También estaba Sofía Alforja, haciendo el trabajo de producción y respondiendo a todas las necesidades que se planteaban.

La mayoría de este taller nos conocíamos porque nos encontrábamos con frecuencia en los cursos organizados por la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa, pero había dos muchachas de Iparralde que hablaban francés. El taller constaba de más horas que los cursos que había hecho hasta entonces y el ambiente que teníamos al trabajar y el resultado presentado en la plaza de Catalunya de Gros, tenía una precisión que para mí era nueva.

Más adelante, este taller se convirtió en un proyecto de todo el año, formando parte de la trayectoria de muchos jóvenes.

Dantzaz ha mantenido abiertas las ventanas de su trabajo. Cuando he ido, tanto a Arteleku como a Dantzagunea, a un ensayo o a entrenar, he mirado con curiosidad lo que ocurre dentro de la sala de Dantzaz. Cuerpos jóvenes atléticos, trabajando con intensidad, escuchando las instrucciones de un coreógrafo interesante, o clases de ballet, saltando y girando, con ejercicios llenos de rápidos pasos. Y en ella, Adriana, con sensibilidad y mirada exigente hacia su movimiento, pilar importante del proyecto, encargado de ampliar y aumentar el movimiento a los jóvenes bailarines, transmitiendo la dinámica y musicalidad de la danza.

A día de hoy, el proyecto continúa desarrollándose de forma continua y ahora es el motor de la red Atalak. Los colaboradores no paran de aumentar. Dantzaz es un proyecto emprendedor que está muy vivo y sus vecinos tenemos la suerte de convivir con este agente que genera oportunidades para muchos en nuestro ecosistema de danza.

 

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Thierry Malandain

18/08/2020

Dantzaz, un escaparate cultural de la Comunidad Autónoma Vasca

 

Dantzaz es, por supuesto, una compañía líder que permite a los jóvenes bailarines pasar el umbral entre la formación y la carrera profesional, pero, al acoger a una multitud de jóvenes coreógrafos, es también un importante centro de creación coreográfica en Europa. Considerado como un curso de formación de excelencia, la existencia de Dantzaz no sólo es importante, sino también necesaria para permitir a los jóvenes bailarines vivir profesionalmente de su arte y su pasión. Además, a través de sus innovadoras propuestas artísticas, Dantzaz es también una de las vitrinas culturales de la Comunidad Autónoma Vasca.

A los ojos del público y de los profesionales, Dantzaz ya ha demostrado su valía, creo, pero en el futuro le deseo cada vez más consideración y apoyo para ilustrar mejor, dentro de la Comunidad Autónoma Vasca y en todas partes, las ambiciones culturales y artísticas de una región considerada como una de las más prósperas de España y de Europa.

Entre 2000 y 2008 las siguientes coreografías de Thierry Malandain han sido bailadas por el Ballet Biarritz Junior y Dantzaz:

 

Como parte de los talleres de verano:

Bolero (2001)

Rikalda (1997)

Obertura Cubana (1998)

 

Dentro del programa Tximeleta:

Bolero (2001)

La muerte del cisne (2002)

 

Dentro del programa Ibilaldi:

Mozart à 2 (1998)

La Valse de Fleurs (1988)

Obertura Cubana (1998)

 

Dentro del programa  Gari Beltza:

Gnossienne (1999)

Blé Noir (1995)

Danses Qu’on Croise (1987)

Testimonio
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Nando Piñeiro

16/08/2021

Dantzaz creció y yo me alegré

 

Hablar de Dantzaz, para mí, es muy importante. Recuerdo el día en que Filgi Claverie me presentó, de manera generosa, su propuesta de crear un Centro de Sensibilización para la Danza. Y quería hacerlo en Egia.

Acabábamos de empezar nuestro proyecto y queríamos apoyar la danza, pero mi experiencia en la gestión era mínima. Fue una maravillosa oportunidad. Se creó el Ballet Biarritz Junior y ofrecimos talleres, ensayos abiertos y encuentros. Nos ayudaron en la programación y contamos con compañías internacionales. Recuerdo momentos continuos de reflexión. Aprendí sobre danza, diría que casi todo lo que sé; aprendí lo importante que es la sensibilización, lo importante que es tener un proyecto y aprendí a querer y vivir la danza de una forma muy especial.

A las mañanas, lo primero que hacía cuando llegaba al Centro Cultural era pasarme por el estudio de danza y mirar por la puerta cerrada; sentía que estaban ahí. Después, hacía coincidir mi hora de descanso con la suya, solían reunirse a la entrada del edificio, me gustaba verles sentadas con sus mallas, pañuelos y abriendo tuppers. Recuerdo que sonreían mientras estiraban sus piernas o alargaban sus brazos.

Sabíamos que crecerían y que el proyecto no podría seguir desarrollándose en Egia. Lo sabíamos desde el principio. Dantzaz creció y yo me alegré, aunque mis mañanas, si les digo, son algo más tristes.

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Pantxika Telleria

26/08/2021

Invitada en Jornadas Dantzaz 2004 para el proyecto Topo

 

En 2004, la compañía EliralE llevaba cuatro años de existencia. Anne-Catherine Vouvé-Lecuona, presidenta de nuestra asociación y profesora de Matemáticas encargada de la coordinación cultural del Instituto Santo Tomás de Aquino de San Juan de Luz, tenía un viejo sueño que quería cumplir. Para ella, el aspecto transfronterizo no estaba suficientemente encarnado en los jóvenes, sobre todo en los colegios, y el proyecto más unificador para una clase de Bachillerato en San Juan de Luz y Donostia-San Sebastián era, para ella, poner estos cuerpos en movimiento a través de la danza y transportarlos en el Topo -el tren que une Hendaia con Donostia-San Sebastián, entre otros lugares-.

El proyecto tomó forma y, en colaboración con Mertxe Castilla, profesora de San Ignacio en Donostia-San Sebastián, se establecieron dos semanas de residencia, una en San Juan de Luz y otra en Donostia-San Sebastián. Los alumnos fueron acogidos por las familias de sus respectivos corresponsales y, de este modo, descubrieron los espacios vitales de los que recibieron. Se solicitaron y obtuvieron fondos de la región, del Rectorado y de los fondos propios de las escuelas. No fue fácil, pero los profesores y la empresa fueron muy persistentes.

Más complicado fue convencer a la empresa Euskotren, que gestiona el Topo, que no podía proyectarse de antemano en un planteamiento tan inusual para ellos.

Los alumnos, que suelen ser reacios al principio a participar en la dinámica de la educación artística y cultural, y más concretamente en Donostia-San Sebastián, tuvieron dificultades para compartir su físico y no se sintieron muy tranquilos con el escenario in situ. Una semana antes de la finalización del proyecto, las bombas en el metro de París estuvieron a punto de echar por tierra el proyecto en el último momento, y nuestros alumnos de San Juan de Luz se quedaron atrapados en suelo francés hasta que el subprefecto nos dio su aprobación de última hora.

Nuestro trabajo previo en los talleres sobre el cuerpo de baile nos había comprometido a todos en un proceso de preparación de un año dentro de la compañía EliralE y en las dos escuelas.

Por fin, aquella mañana de 2004, los 40 alumnos estaban listos en la estación de Donostia-San Sebastián, cada uno sabiendo perfectamente lo que tenía que hacer para comenzar nuestra singular actuación. La coreografía se desplazó de estación en estación con bailarines aficionados que se volcaron con su emoción coreográfica ante la mirada atónita de la gente del público que pedía más. «¿Por qué no va a ser así todos los días?», escuchamos más de una vez a los usuarios del Topo que se habían convertido en espectadores por el momento. Quedaron asombrados al ver a estos jóvenes, comprometidos en una obra artística con la ayuda de sus propios cuerpos, mostrando la belleza del encuentro, la herencia común, la belleza de la vida.

Esta experiencia deja una marca indeleble en nuestros recuerdos como compañía, como profesores y como alumnos. A los profesores les gustaría repetir el proyecto cuando se modernice la línea. Las circunstancias actuales nos obligan a ser muy comedidos, pero la idea y el deseo están ahí.

Nuestra compañía, llamada EliralE, celebrará este año su 20º aniversario. No hemos olvidado nuestros fundamentos. Son todavía, y siempre, la creación en conexión con la mediación a favor del arte coreográfico. Esperamos ser tan audaces como siempre en la redacción de proyectos de mediación inesperados para que la espontaneidad de la vida sea aún más bella a través de las artes vivas que defendemos.

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José Usoz

22/11/2020

Dantzaz, siempre me sorprendes


Te escribo hoy, Dantzaz, porque siempre me sorprendes, ¿dices que tienes casi 20 años? ¡Cómo has crecido! Hace tiempo que no nos vemos y sigo pensando que te conocí ayer. Nunca me aclaro con tu nombre. Lo mismo te llamo Centro de Sensibilización a la Danza Transfronterizo, Dantzaz, Ballet Biarritz Junior o Dantzaz Konpainia. Tampoco importa el lenguaje en que nos hablamos, nos entendemos.

Ese primer día, tan fascinante… La sala de danza, al fondo, después de recorrer un pasillo con fotos de Jacques Pavlovsky sobre el Ballet Biarritz. Unirme al pequeño grupo del taller de danza, intentar imitar vuestros estiramientos mientras sigo con las fotos, la imagen-espejo… Un día inolvidable aquel 21 de noviembre de 2002.

El ambiente maravilloso lo formas con todos los que te miman: Adriana y Filgi, Sofía, luego Fernando. Todas las grandes figuras de la coreografía que pasan por tu casa, los técnicos y, por supuesto, todos los bailarines de tantas partes del globo que, formándose contigo, emprenden más tarde su aventura en otros ballets… tanta energía vital que llevas, Dantzaz.

Siempre comentas que la creatividad se siente por todas tus salas. Me doy cuenta de que documentar unas sesiones de danza me reconforta y a la vez quedo turbado. La unión de tus coreografías y la música, ese espacio de tiempo en el que se fusionan. La imagen estática imposible, imposible porque tu esencia es moverte y no congelarte en una fotografía. Todo fluye, «Cambia todo cambia»: esa maravillosa coreografía de Galili con la voz de Mercedes Sosa, gran frase tantas veces escuchada de tu boca y que tanto repite Adriana, y yo empeñado en congelarte. Lo decía Martha Graham: «Solo el cambio es eterno».

Tiempo sin verte, pero al corriente de todo lo que haces. Vuestras giras por tantos lugares diferentes, desde las grandes capitales del mundo a los más perdidos espacios de pequeños pueblos. Esa convivencia tan viva que se crea y convierte al grupo en Dantzaz. Ahora te ha tocado sufrir las calamidades de esta extraña etapa del año 2020. Conociendo la energía que concentras, en cuanto te suelten amarras vas a salir a revivir los viejos tiempos… tu cuerpo en movimiento, la pasión, sin que pare la música. Espero estar en alguna esquina mirándote de reojo.

Dices que casi 20 años… hasta pronto, Dantzaz. No se olvida tanto movimiento y belleza.

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Asier Zabaleta

16/08/2021

Dantzaz, ese gran río de movimientos en constante transformación

 

Como las aguas de un río que nacen, viajan en su cauce y mueren en el mar, estamos de paso en esta vida. De hecho, la vida es como un río que avanza y avanza, siempre está ahí, pero nunca sus aguas son las mismas. También nosotros nacemos, crecemos aprendiendo, evolucionamos y morimos como el río que desemboca en el mar. O tal vez este nunca muera, sino que simplemente siga cambiando, evolucionando, creciendo. Y quizás nosotros también; o tal vez siempre estuvimos ahí… Quién sabe…

En un porcentaje muy grande somos agua. Agua que se diluye y cambia de forma. Agua que baila para poder adaptarse a su entorno y que, con su danza, va modificando el mismo entorno. Mi paso por Dantzaz fue similar. Con mucho gusto me sumergí en ese gran río de movimientos que está en constante transformación y tuve la oportunidad de poder vivir una preciosa experiencia, que me marcaría en adelante, con los maravillosos bailarines que en ese momento lo habitaban. Una experiencia viva, y efímera… Como la propia danza. Muchísimas gracias por acogerme con los brazos abiertos en vuestras aguas.